Especie de maguey de donde se extrae una fibra que sirve como hilo para tejer.
Especie de maguey de donde se extrae una fibra que sirve como hilo para tejer.
El algodón (Gossypium hirsutum, Gossypium barbadenses) fibra domesticada y cultivada hace por lo menos 3,000 años, llegó a constituir una de las actividades pre- y post-hispánicas más importantes de Mesoamérica. Existen diversos tipos de algodón nativos a México entre ellos es uno pardo (café- amarillento), o bien, coyohixcatl-algodón color coyote- actualmente conocido como coyuchi el cual hoy en día se cultiva en Oaxaca y Guerrero.
Estos productos son tejidos y brocados en telar de cintura por artesanos Amuzgos del municipio de Xochistlahuaca, Guerrero. Amuzgo o tsanúa significa “Pueblo del hilado” ya que se les conoce por por sus habilidades en las artes textiles.
El telar de cintura es un telar portátil que existe desde tiempos prehispánicos. Está compuesto de palos, cuerdas y una correa que se usa alrededor de la cintura de la tejedora. Esta correa atada a la cintura es lo que le da el nombre de “telar de cintura” a este tipo de mecanismo. Un extremo del telar está atado a un poste o a un árbol, y el otro extremo se envuelve alrededor de la parte inferior de la cintura de la tejedora, lo que le permite controlar la tensión en el telar con su propio peso. Esta simple tecnología permite usar el telar en casi cualquier lugar.
Los textiles amuzgos son tejidos en algodón puro y adornados con figuras en brocado que representan la fauna y la flora local o símbolos cosmológicos de sus antepasados. Otros aspecto característico de los amuzgos es que son tejidos con gasas lo que permite secciones transparentes dentro de la tela base.
Indigófera añil- arbusto leguiminoso de cuyos tallos y hojas se obtiene una sustancia colorante azul intenso.
Alcaloide artificial que se emplea como material colorante.
Nuestra línea de productos de barro negro es hecha a mano por artesanos de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, una comunidad en donde habitan más de 600 familias que se dedican a este proceso artesanal.
El color del barro negro se debe a las propiedades específicas de la arcilla de esta región y al proceso de cocción. Se extrae la arcilla de las colinas de los alrededores y se sumerge en agua para eliminar impurezas, proceso que puede tardar hasta un mes.
La arcilla se moldea a mano en superficies planas cerca del suelo y una vez moldeadas, las piezas se ponen a secar durante 3 semanas aproximadamente. Ya secas, las piezas se bruñen, es decir, se frota la superficie con un cuarzo curveado con el fin de compactar la arcilla y crear el acabado metálico y oscuro a la hora de coser.
La siguiente etapa consiste en coser las piezas en hornos que alcanzan una temperatura de 700/800 grados.
En la cocción, se cierran todas las aperturas del horno para crear una atmósfera carente de oxígeno, lo que provoca que las partículas de óxido de hierro del barro cambien y al emerger las piezas, tengan un acabado negro brillante.
Estas piezas no contienen plomo.
Cilindro de madera taladrado por el eje para enrollar los hilos.
Conjunto de hilos unidos por un lado y sueltos por el otro que forman un cilindro o media bola.
Tejido donde se añaden hilos a la trama formándose una iconografía de grecas y representaciones de flora o fauna.
Estos textiles están tejidos a mano en telar de cintura por las mujeres Tzotztiles del estado de Chiapas, ubicado al suroeste de México.
Utilizando el telar de cintura, las mujeres tejen añadiendo hilos de colores complementarios en la urdimbre y la trama de sus telares. Conocido como “brocado”, esta Antigua técnica de diseño es lo que caracteriza a los textiles de esta región, las texturas y la complejidad en las combinaciones de colores diferencian el trabajo de estas artesanas de los otros municipios.
El telar de cintura es un telar portátil que existe desde tiempos prehispánicos. Está compuesto de palos, cuerdas y una correa que se usa alrededor de la cintura de la tejedora, dandole asi su nombre. Un extremo del telar está atado a un poste o a un árbol, y el otro extremo se envuelve alrededor de la parte inferior de la cintura de la tejedora, lo que le permite controlar la tensión en el telar con su propio peso. Esta simple tecnología permite usar el telar en casi cualquier lugar.
En los altos de Chiapas, el brocado se percibe no sólo como una forma de arte, sino como un deber sagrado ordenado por los dioses y perfeccionado por los antepasados. Durante siglos las mujeres de Chiapas han tejido y brocado huipiles y túnicas con diseños intrincados que reflejan la cosmovisión y la mitología local. Las formas de diamante simbolizan la forma de la tierra y el cielo, los diseños ondulantes, llamados serpiente o flor simbolizan la fertilidad de la tierra y la abundancia de plantas y animales sagrados. Los patrones con tres líneas verticales connotan a los antepasados y las figuras representativas, como los santos y los sapos, son íconos del dios de la lluvia, que vela por la tierra y controla su fertilidad.
Los textiles brocados de Onora representan una mezcla de lo antiguo y lo moderno ya que los patrones tradicionales y los colores son simplificados y recontextualizados sin perder de vista su origen.
El bruñido es una técnica que permite elaborar piezas de aspecto brillante y terso. Es una técnica que utiliza, como su nombre lo indica “un bruñidor”, que a menudo es una piedra, como el cuarzo, aunque también se utilizan el olote, la corteza de la calabaza o hasta el hule de una llanta de automóvil. Consiste en pulir el barro al frotar la superficie con un bruñidor. El bruñido rellena las porosidades y vuelve el barro impermeable.
Calabaza cuyo epicarpio sirve para hacer vasijas decorados en distintas maneras: laqueado, tallado y/o ahumado.
Purpura patula pansa- molusco de la costa de Oaxaca del cual se extrae un colorante de tonos violeta que sirve para teñir textiles.
Tabla cubierta de puntas de alambre que sirve para preparar el hilado de la lana lavada.
Lo primero es conseguir la materia prima, extraer el cobre de la tierra o juntar desperdicios del material. Después se funde y al conseguir el punto de fusión se lleva a cabo un fraguado lento, donde se evita que el oxigeno tenga contacto con el metal para que no se endurezca y se pueda trabajar con él. El siguiente paso es forjar el cobre a rojo vivo, es en esta fase que se golpea el metal con marros.
Dectylapus coccus. Insecto hembra de las pencas del nopal de que se obtienen un colorante de color rojo carmín para el teñido de telas y colorante natural para lacas.
Un tipo de resina que se emplea como incienso en ritos y ceremonias.
Cesto o canasta sin asas elaborado de fibras vegetales típicamente mimbre o carrizo.
Falda de origen prehispánico: rectángulo de tela abierto o cosido en forma de tubo que se enreda alrededor de la cadera y se sostiene con una faja.
Tira de tela tejido en algodón, lana o seda para atar en la cintura.
Especie de paño, resultado de un conglomerado de borra, lana o pelo.
Frutos de las plantas cucurbitáceas y bignoniáceas que se usan como vasijas.
El henequén, mejor conocido como “sisal”, es una de las fibras más importantes utilizadas por los Mayas desde los tiempos prehispánicos.
Conocida por su gran resistencia y durabilidad, el henequén es una fibra extraída del Agave y ha sido utilizada por el pueblo maya para la creación de cuerdas, redes de pesca y telas rudimentarias durante siglos.
A mediados del siglo 19, el henequén se convirtió en la base de la economía de Yucatán, dónde se construyeron cientos de plantaciones para la elaboración de cuerdas, alfombras y costales. A principios del siglo 20, las fibras de henequén fueron vendidas a los británicos, quienes las cultivaron en Madagascar y Kenia por un menor costo, este fue el fin de la industria del henequén en México.
Sin embargo, algunos mayas locales continuaron trabajando con esta fibra produciendo cuerdas, hamacas y bolsos tejidos, conocidos en maya como Sabucán.
Hoy en día, hay muchos productos de henequén disponibles gracias a la dedicación de estos artesanos y de los programas que ayudan a revivir y promover los productos hechos a mano con esta fibra noble y resistente.
‘Blusa o vestido adornado’ también llamado hipil en el Yucatán, es una túnica o vestido de la misma dimensión desde arriba hasta abajo, cosido lateralmente, con dos aperturas para los brazos y una más en forma rectangular para la cabeza. El cuello y mangas así como en la parte inferior del vestido está decorados con motivos de gran colorido, generalmente bordados o brocados en telar de cintura.
Fibra de agave
Vasija esférica de boca grande hecha del fruto del árbol del jícaro. Se pinta de colores, se pule , se laquea y a veces se negrea al humo.
La palabra laca es de origen persa (lacks) y maque es de origen árabe (summac). La técnica consiste en decorar objetos con una mezcla hecha de diversos materiales -minerales, vegetales y animales-, especialmente aceites y tierras de diversos colores.
La práctica del maque es de origen prehispánico. Fray Jerónimo de Mendieta, llegado a México en 1554, precisaba que se hacían vasos “…de ciertas calabazas muy duras y diferentes de las nuestras, y es fruta de cierto árbol de tierras calientes…las pintan hoy día de diversas figuras y colores muy finos…Son vasos muy lucidos y vistosos.”
El tema de los materiales que actualmente se utilizan en la elaboración de lacas Mexicanas es complejo. Las tierras usadas en la preparación del maque, que contienen una combinación de minerales, (carbonato natural de calcio y magnesio) reciben el nombre de dolomía, y se pulverizan en casi todos los lugares en donde se produce, excepto en Chiapas de Corzo en donde se obtiene por tamización, poniendo las piedras es agua hasta formar un “atole” que se cuela varias veces. Luego la tierra separada en bloques (panes) se deja secar.
Las tierras para elaborar la primera masa del maque, reciben el nombre de tepútzchuta en Uruapan y Pátzcuaro; tizate en Chiapas de Corzo; y tecoztle en Olinalá y Temalacatzingo. Estas tierras se usan para la base del trabajo, pero otras tierras de composición caliza que brindan diferentes colores, así como algunas anilinas industriales, se utilizan como pigmentos para la decoración.
Otro elemento esencial para la elaboración del maque es el aceite, existen tres tipos, uno de origen animal que se denomina aje, que se obtiene de un insecto, el cocus axin, y dos de origen vegetal, la chía y la linaza. El aje se prepara recolectando el insecto, hirviéndolo cuando aún está vivo, lo que permite soltar algo de grasa; luego se exprime en una manta, se muelen los gusanos y se hace una sola pasta de grasa. El aje se emplea en Chiapas de Corzo, Uruapan y Pátzcuaro. En estas dos últimas ciudades también se usa el denominado tzipiatz que es una combinación de grasa de aje y aceite de chía.
Por su parte el aceite de chía para hacer el maque se utiliza en los pueblos productores del estado de Guerrero. Su proceso inicia con el tostado de la semilla, luego se muele hasta formar una masa aceitosa que se sumerge en agua tibia para luego colarla y obtener el aceite. Finalmente en ocasiones se utiliza el aceite de linaza, de origen industrial, que es más barato que los anteriores y que por consecuencia brinda menor calidad a las piezas laqueadas.
La aplicación de la mezcla del aceite y las diversas tierras permite, además de decorar las piezas, su endurecimiento e impermeabilización. Las técnicas de aplicación del maque son también muy diversas, por dependen de su lugar de origen.
Temalacatzingo es una comunidad en la montaña de Guerrero cercana a Olinalá habitada por un pueblo náhuatl que representa uno de los dos grupos de maqueadores indígenas que se conservan en el país. Temalacatzingo comparte con Olinalá la técnica del maqueado pero elaborando piezas diferentes.
La técnica de maque consiste en aplicar con una cola de venado, una primera capa de tierra base a la pieza ya alisada; esta capa se asienta con una piedra para lograr uniformidad y para que se adhiera a la pieza por medio de los aceites que funcionan como fijadores. Luego se aplica una segunda capa de polvos que se pule con la mano. La pieza se deja secar durante unas semanas y se le da una segunda capa de color y se pule con la mano de nuevo.
Se elabora con una aguja o espina de maguey, y es a base de grabar animalitos cuando la pintura está fresca, y se va secando o limpiando lo que queda fuera de la figura para que los diferentes motivos queden al alto relieve.
Es igual que el rayado limpio, solo que en vez de sacar lo que queda fuera de la figura, se le decora con puntos multicolores y la figura de los animalitos se delinea con un pincel muy fino que también es hecho con pelo de gato.
Del Nahua malacatl: contrapeso del huso para hilar.
Faja con dos cuerdas en los extremos que sirve para llevar carga a cuestas, poniendo parte de la faja en la frente y las cuerdas sujetando la carga.
Uno de las varas superiores donde se entrevera la urdimbre en el telar de cintura.
Un tipo de soporte vegetal cuyo origen se remonta a la época prehispánica de Mesoamérica. Se le llama papel porque se fabrica a partir de las cortezas internas de los árboles de amate. El papel amate se realiza de modo artesanal, aplastando las cortezas de los jonotes blanco y rojo (Ficus cotinifolia y Ficus padifolia), mismas que se cuecen en agua con cal (Miller y Taube, 1993: 131). El resultado es una lámina vegetal fibrosa de colores que van del marrón oscuro al amarillo paja.
Miller, Mary; and Karl Taube (1993). The Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. London: Thames and Hudson. ISBN 0-500-05068-6.
Fibra producida por las plantas amarilidáceas. Es blanca, suave y muy resistente , habitualmente se usa en jarciaría.
Enredo entre los indigenas de la Mixteca Baja
Parte del rebozo que se anuda antes de las puntas.
Chal, paño mas largo que ancho, con flecos grandes en ambas puntas.
Aro tejido que usan las Tehuanas para asentar la jícara sobre la cabeza.
Conjunto de hilos cruzados y enlazados con los de la urdimbre para formar la tela.
Devanadora donde se colocan los hilos para el urdimbre.
Conjunto de hilos paralelos colocados en el telar para tejer.